Chechino 2.0 Reloaded
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Bien, ya están enviados los MPs y confirmada la recepción de casi todos los roles, así que da comienzo el primer turno de noche. Enviad vuestras acciones hasta el lunes 22 a las 22:00 horas (22,22, fácil de recordar)
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Me encantan los piratas,y la ambientación





El pueblo llano, cuando reza, pide lluvia, hijos sanos y un verano que no acabe jamás. No les importa que los grandes señores jueguen a su juego de tronos, mientras a ellos los dejen en paz. Pero nunca los dejan en paz.
- LoboBlanco
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- Registrado: Mar, 21 May 2019, 20:54
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Wow, cuanta inspiración para redactar reglas historias, sumarle humor y fotos. Muchos aplausos por esta gran puesta en escena del máster. Me sacaría el sombrero si es que usara uno!
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Recordatorio general: por aquí hay mucho pirata de agua dulce que no ha enviado aún su acción. Fin de turno HOY 22:00 horas
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Una buena escabechina para empezar el Chechino Pirata... 3 fiambres, 3 en la primera noche. Aquí os lo cuento:
HISTORIA TURNO DE NOCHE 1
HISTORIA TURNO DE NOCHE 1
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El “Infanta de Teruel” puso rumbo al Este al salir de la Isla Tortuga. La capitana Asha había recibido el soplo de que un mercante inglés saldría de Puerto Plata con un cargamento de perlas de contrabando, con destino a las Islas Bahamas. La tripulación estaba de excelente humor ante la perspectiva de tan jugoso botín.
Al cabo de un par de días de navegación, cuando el bergantín pirata ya se hallaba sobre la parte española de la isla de La Española, la vigía gritó:
-¡Barco a la vista!
La capitana Asha tomó el catalejo y vio un pequeño y solitario balandro que navegaba con rumbo Norte. Le extrañó que un navío tan lento y poco protegido llevase una carga tan valiosa. ¿Tal vez no era el que buscaban? En cualquier caso, ordenó:
-¡Dad caza a ese navío! ¡Largad todo el trapo!
La excitación se apoderó de la tripulación del “Infanta de Teruel.” Los hombres y mujeres que instantes antes yacían ociosos por las cubiertas, rápidamente se afanaron en velas y escotas, mientras el contramaestre “Black Caesar” ladraba órdenes con su poderosa voz. El bergantín pirata acortaba distancias rápidamente, al tener el doble de velamen que su presa.

Cuando estuvieron más cerca, Asha volvió a mirar con el catalejo. Era su objetivo, no cabía duda. Llevaba pabellón inglés y en el casco, aún a esa distancia, se entreveía su nombre, “White Pearl.” La capitana le dijo a su timonel:
—Esto no me gusta, Nalibia. Aquí hay gato encerrado. No sé dónde está la trampa, pero sin duda la hay. No te acerques a más de media milla. Quiero seguirlo durante un par de horas, a ver si descubrimos el truco.
Cuando los piratas descubrieron la maniobra de Asha, se alzó un clamor de voces en contra.
“¡Queremos darle caza! ¡No tenemos miedo! ¡Al abordaje, pero ya de ya!”
Asha apenas logró dominar la impaciencia de sus tripulantes durante cinco minutos. Después, resignada, dio orden de acortar distancias con el “White Pearl.”
En ese momento, una tripulante se acercó a Lau Bu.
—Escucha, francotiradora.
—¿Uhmmm? —respondió Lau.
—Mira, ven conmigo. He descubierto un sitio perfecto para apuntar al enemigo sin que te vean. Acompáñame.
Lau Bu cogió su mosquete y siguió a su compañera hasta un lugar situado casi en la extremidad de la proa del barco. Allí no las veía ningún otro tripulante, tapadas como estaban por una cortina de velas. La francotiradora se apostó allí con un gruñido apreciativo y se puso a apuntar. Nadie podía romper su concentración en esos momentos. Y con eso contaba su asesina… Pues cogió un brazo roto de ancla que yacía allí en el suelo, y se lo descargó en la nuca a Lau Bu, poniendo fin a su vida pirata, que no sabemos si era su vida mejor, pero era la que tenía. Acto seguido, la Chechina se dirigió al centro de la cubierta, a observar la maniobra de aproximación con el resto de sus compañeros.
El viento soplaba desde el Suroeste, propulsando a ambos navíos a gran velocidad hacia mar adentro. Pero el “Infanta” era mucho más rápido, y con una diestra maniobra, cuando ya estaban a tiro de pistola, Nalibia logró situarse inmediatamente a barlovento del balandro inglés, desventándolo y dejándolo prácticamente parado. En ese momento, Loboblanco hizo el disparo de cañón de advertencia, como era de rigor. El bergantín pirata ya se echaba encima de su presa, cuando unos los marineros del mercante dispararon unos pocos tiros al aire. Sin duda, pensó Asha, más para demostrar al seguro que habían ofrecido resistencia, que porque pensaran disuadir a los piratas de abordarles. En efecto, los filibusteros se abalanzaron sobre su presa como un enjambre de avispas, y la tripulación del “White Pearl” se rindió sobre la marcha, sin llegar a entrechocar los aceros. La capitana pirata seguía pensando en el gato encerrado. ¿Cómo era posible entregar carga tan valiosa sin apenas defenderla?
“Black Caesar” Aslan se abalanzó con los primeros piratas sobre la bodega del balandro. A él le correspondía asegurar un reparto equitativo del botín, y para eso era fundamental que nadie se apropiase de nada sin que entrara en el reparto común. El contramaestre forzó la puerta de la bodega con una palanqueta, esperando encontrar cajas y cajas de refulgentes perlas… cuando lo que se le vino encima fue un torrente de PERAS. Verdes, maduras, grandes, pequeñas, amarillas, de conferencia… Al mismo tiempo, alguien señalaba desde proa el verdadero nombre del barco: “White Pear.” No se le había caído la “L:” nunca había estado allí.

Finalmente Asha había descubierto el truco. Sin duda el astuto armador inglés había enviado este balandro como cebo, mientras el verdadero cargamento de perlas seguía un rumbo completamente distinto. Sus perspectivas financieras habían sufrido un inesperado revés. La capitana pirata ordenó llevarse el velamen del “White Pear.” Al menos el trapo y los cabos se podrían vender a buen precio. Mientras, Aslan y unos pocos tripulantes más descargaban cajas y cajas de peras en las bodegas del “Infanta,” con cara de pocos amigos.
El contramaestre preguntó a Madelaf qué se podía hacer con toda aquella fruta. La cocinera no lo tenía muy claro, entonces intervino Sansalayne, haciendo gala de su espíritu científico:
—Pues… yo creo que podríamos hacer licor de pera. Tenemos que poner todos los hornos del barco a funcionar, eso sí, para la destilación de tantos frutos.
Sansa, Madelaf y Loboblanco se pusieron manos a la obra. Tajuru pasó al "White Pear" a robar tablas para alimentar los fuegos. Al cabo de unas horas, habían conseguido preparar una considerable cantidad de licor. Asha decidió hacer una fiestecilla en su camarote con sus oficiales esa noche, para levantar los ánimos, un tanto decaídos.
Un par de horas después de dejar al “White Pear” abandonado a su suerte en alta mar, un tripulante random encontró el cadáver de Lau en la parte de proa. La conmoción fue inmediata. Todo el mundo se dirigió a ver lo que había sucedido. El cirujano Sr. Kerman proclamó lo obvio: que Lau había sido asesinada mediante un fuerte golpe en la cabeza, propinado con el brazo de ancla manchado de sangre que había junto a ella.
—Qué raro —dijo Sansalayne —el asesino podría haberse deshecho fácilmente de arma y cadáver y en cambio, los ha dejado aquí. Parece que quería que los encontrásemos.
—Sin duda, quiere que sepamos que está aquí —contestó Ellaria —Su propósito es sembrar el pánico entre la tripulación.
El doctor Kerman examinaba las ropas de la difunta. Encontró en su chaleco dos compartimentos sellados con tela impermeable: uno, con una bandera con la cruz de Borgoña. En el otro, una patente de corsa española.
—¡Yo conozco ese lacre! —dijo Loboblanco. —Mirad las iniciales, R.B. Rosa Boltón. Es la Vicegobernadora de Maracaibo. Ved su escudo heráldico, la espalda de un hombre desollado.
Nalibia se acercó, rompió el sello y comenzó a leer la carta alternándose con Loboblanco. Nali era la única que sabía leer la lengua de Cervantes, aparte de Loboblanco, que era el único español a bordo.

“Yo, Don Arturo Pérez-Recalde, Almirante de la Estación Marítima de Cartagena de Yndias, en primer lugar os saludo: si sois un hijo de la Gran Bretaña, de la Frans o de las Putas Provincias Unidas de los Países Bajos, me cago en vuestros muertos más frescos. Se caga en… se cisca en… le sobra mierda para cagarse en los capitostes y gerifaltes del Reino de Castilla que distraen los dineros de la Corona con su corrupción, enviando a soldados y marinos al combate con escasez de armas, municiones e incluso ropas… finalmente, declara que por la presente otorga a Doña Lau Bu la más eficaz, oficial y auténtica Patente de Corso de la Corona de Castilla, en nombre de Su Apostólica Majestad Católica, Don Carlos II de Habsburgo, cuya alma es espejo de virtudes, cual su cuerpo lo es de belleza.”
—Este hombre tiene un problema serio con la defecación —concluyó Nalibia. —Qué barbaridad, qué resabiado, si hasta cuando ensalza a su rey parece que lo está poniendo a parir.
—Está claro —dijo Tajuru —teníamos una topa a bordo. La cuestión es: ¿la han matado a sabiendas de que lo era? ¿O hay un asesino suelto al que le da igual todo?
Para concluir su inspección, Agus Kerman sacó unos filtros de amor del mismo bolsillo donde Lau guardaba la patente de corso. Los nombres de los frascos no dejaban lugar a dudas sobre su origen, ya que llevaban nombres como "Agua de Valencia", "Aire de Sevilla" o "Noche Madrileña." Con eso quedó demostrado que Lau Bu era la Celestina / Cupida, enviada por Rosa Boltón para perdición de la tripulación.
Tras el macabro descubrimiento, los ánimos estaban muy decaídos en la fiestecilla en el camarote de Asha. Y pocas cosas hay tan tristes como un pedo triste. Varias personas se tomaron un par de rondas de licor de pera por compromiso y, tras llorar un poco, se fueron hipando a sus camastros. Sin embargo, cuatro o cinco se quedaron, obstinados, trasegando el verde licor en sucias calabazas y vasos.
Sansalayne no estaba acostumbrada a beber. Siempre decía que su trabajo y sus estudios científicos requerían absoluta concentración. Se había apuntado a la fiesta por obligación y por haber sido ella quien tuvo la idea de destilar el licor, pero ahora estaba como presa por el alcohol. No podía parar de tomar tragos para olvidar el horror de la muerte de Lau. Al cabo de un rato, se desplomó en el suelo. Los demás siguieron bebiendo, sin darse cuenta de que la navegante empezaba a convulsionar.
Poco tiempo después, ya sólo quedaban en pie Asha y otra persona. La capitana miraba, borracha perdida, su calabaza vacía:
—No se nota, hics… pero… el licor se agota. Mal de Laffff, Madellll…mannn, Faldelafff, Mafal…delam… haz más licorrrr… másssss… pera de licccccorrrrr….
La otra bebedora aprovechó que su capitana miraba intensamente el fondo de su calabaza para sacar un trabuco y descerrajarle un tiro en la sien. Salió corriendo del camarote y cuando llegó a cubierta, hizo como que acababa de oír el disparo, volviendo donde yacían Asha y Sansa. Pues la mujer de Ciencias no había superado el coma etílico. Había elegido un mal día para empezar a beber.
Los consternados tripulantes rebuscaron en el baúl de Sansa y en la cómoda de Asha. Encontraron, para su gran sorpresa, una colección de tratados sobre Política y Filosofía en el equipaje de Sansalayne. Aparte de sus estudios científicos, parecía que la difunta navegante había hecho importantes estudios y pensado mucho sobre el sistema de gobierno ideal para el mundo. Hobbes, Maquiavelo, Aristóteles, Margaret Cavendish… pocos autores sobre Ciencias Políticas escapaban a su conocimiento. Como muchos hombres y mujeres de Ciencia antes que ella, había intentado resolver el enigma de la gobernación de las naciones como si fuera un problema de Física o Matemáticas. Pena que se hubiera frustrado en sus comienzos tu entusiasta y prometedora carrera política, Sansalayne.
Entre las posesiones de la difunta capitana había varios escritos con ideas estrafalarias. El más detallado era un plan para subir a visitar la Luna, que ella creía estaba hecha de queso de Burgos. Consistía en montarse en una vagoneta de hierro con dos imanes, lanzar uno hacia arriba, que atraería el vehículo; y antes de que cayese el primer imán, lanzar el segundo para repetir el proceso. El siguiente memorial de la capitana era una idea para controlar el mundo, diciendo a la gente que les inocularía una cura contra la viruela, que incorporaría una potente droga de control mental.
No cabía duda: Asha estaba Loca.
Al cabo de un par de días de navegación, cuando el bergantín pirata ya se hallaba sobre la parte española de la isla de La Española, la vigía gritó:
-¡Barco a la vista!
La capitana Asha tomó el catalejo y vio un pequeño y solitario balandro que navegaba con rumbo Norte. Le extrañó que un navío tan lento y poco protegido llevase una carga tan valiosa. ¿Tal vez no era el que buscaban? En cualquier caso, ordenó:
-¡Dad caza a ese navío! ¡Largad todo el trapo!
La excitación se apoderó de la tripulación del “Infanta de Teruel.” Los hombres y mujeres que instantes antes yacían ociosos por las cubiertas, rápidamente se afanaron en velas y escotas, mientras el contramaestre “Black Caesar” ladraba órdenes con su poderosa voz. El bergantín pirata acortaba distancias rápidamente, al tener el doble de velamen que su presa.

Cuando estuvieron más cerca, Asha volvió a mirar con el catalejo. Era su objetivo, no cabía duda. Llevaba pabellón inglés y en el casco, aún a esa distancia, se entreveía su nombre, “White Pearl.” La capitana le dijo a su timonel:
—Esto no me gusta, Nalibia. Aquí hay gato encerrado. No sé dónde está la trampa, pero sin duda la hay. No te acerques a más de media milla. Quiero seguirlo durante un par de horas, a ver si descubrimos el truco.
Cuando los piratas descubrieron la maniobra de Asha, se alzó un clamor de voces en contra.
“¡Queremos darle caza! ¡No tenemos miedo! ¡Al abordaje, pero ya de ya!”
Asha apenas logró dominar la impaciencia de sus tripulantes durante cinco minutos. Después, resignada, dio orden de acortar distancias con el “White Pearl.”
En ese momento, una tripulante se acercó a Lau Bu.
—Escucha, francotiradora.
—¿Uhmmm? —respondió Lau.
—Mira, ven conmigo. He descubierto un sitio perfecto para apuntar al enemigo sin que te vean. Acompáñame.
Lau Bu cogió su mosquete y siguió a su compañera hasta un lugar situado casi en la extremidad de la proa del barco. Allí no las veía ningún otro tripulante, tapadas como estaban por una cortina de velas. La francotiradora se apostó allí con un gruñido apreciativo y se puso a apuntar. Nadie podía romper su concentración en esos momentos. Y con eso contaba su asesina… Pues cogió un brazo roto de ancla que yacía allí en el suelo, y se lo descargó en la nuca a Lau Bu, poniendo fin a su vida pirata, que no sabemos si era su vida mejor, pero era la que tenía. Acto seguido, la Chechina se dirigió al centro de la cubierta, a observar la maniobra de aproximación con el resto de sus compañeros.
El viento soplaba desde el Suroeste, propulsando a ambos navíos a gran velocidad hacia mar adentro. Pero el “Infanta” era mucho más rápido, y con una diestra maniobra, cuando ya estaban a tiro de pistola, Nalibia logró situarse inmediatamente a barlovento del balandro inglés, desventándolo y dejándolo prácticamente parado. En ese momento, Loboblanco hizo el disparo de cañón de advertencia, como era de rigor. El bergantín pirata ya se echaba encima de su presa, cuando unos los marineros del mercante dispararon unos pocos tiros al aire. Sin duda, pensó Asha, más para demostrar al seguro que habían ofrecido resistencia, que porque pensaran disuadir a los piratas de abordarles. En efecto, los filibusteros se abalanzaron sobre su presa como un enjambre de avispas, y la tripulación del “White Pearl” se rindió sobre la marcha, sin llegar a entrechocar los aceros. La capitana pirata seguía pensando en el gato encerrado. ¿Cómo era posible entregar carga tan valiosa sin apenas defenderla?
“Black Caesar” Aslan se abalanzó con los primeros piratas sobre la bodega del balandro. A él le correspondía asegurar un reparto equitativo del botín, y para eso era fundamental que nadie se apropiase de nada sin que entrara en el reparto común. El contramaestre forzó la puerta de la bodega con una palanqueta, esperando encontrar cajas y cajas de refulgentes perlas… cuando lo que se le vino encima fue un torrente de PERAS. Verdes, maduras, grandes, pequeñas, amarillas, de conferencia… Al mismo tiempo, alguien señalaba desde proa el verdadero nombre del barco: “White Pear.” No se le había caído la “L:” nunca había estado allí.

Finalmente Asha había descubierto el truco. Sin duda el astuto armador inglés había enviado este balandro como cebo, mientras el verdadero cargamento de perlas seguía un rumbo completamente distinto. Sus perspectivas financieras habían sufrido un inesperado revés. La capitana pirata ordenó llevarse el velamen del “White Pear.” Al menos el trapo y los cabos se podrían vender a buen precio. Mientras, Aslan y unos pocos tripulantes más descargaban cajas y cajas de peras en las bodegas del “Infanta,” con cara de pocos amigos.
El contramaestre preguntó a Madelaf qué se podía hacer con toda aquella fruta. La cocinera no lo tenía muy claro, entonces intervino Sansalayne, haciendo gala de su espíritu científico:
—Pues… yo creo que podríamos hacer licor de pera. Tenemos que poner todos los hornos del barco a funcionar, eso sí, para la destilación de tantos frutos.
Sansa, Madelaf y Loboblanco se pusieron manos a la obra. Tajuru pasó al "White Pear" a robar tablas para alimentar los fuegos. Al cabo de unas horas, habían conseguido preparar una considerable cantidad de licor. Asha decidió hacer una fiestecilla en su camarote con sus oficiales esa noche, para levantar los ánimos, un tanto decaídos.
Un par de horas después de dejar al “White Pear” abandonado a su suerte en alta mar, un tripulante random encontró el cadáver de Lau en la parte de proa. La conmoción fue inmediata. Todo el mundo se dirigió a ver lo que había sucedido. El cirujano Sr. Kerman proclamó lo obvio: que Lau había sido asesinada mediante un fuerte golpe en la cabeza, propinado con el brazo de ancla manchado de sangre que había junto a ella.
—Qué raro —dijo Sansalayne —el asesino podría haberse deshecho fácilmente de arma y cadáver y en cambio, los ha dejado aquí. Parece que quería que los encontrásemos.
—Sin duda, quiere que sepamos que está aquí —contestó Ellaria —Su propósito es sembrar el pánico entre la tripulación.
El doctor Kerman examinaba las ropas de la difunta. Encontró en su chaleco dos compartimentos sellados con tela impermeable: uno, con una bandera con la cruz de Borgoña. En el otro, una patente de corsa española.
—¡Yo conozco ese lacre! —dijo Loboblanco. —Mirad las iniciales, R.B. Rosa Boltón. Es la Vicegobernadora de Maracaibo. Ved su escudo heráldico, la espalda de un hombre desollado.
Nalibia se acercó, rompió el sello y comenzó a leer la carta alternándose con Loboblanco. Nali era la única que sabía leer la lengua de Cervantes, aparte de Loboblanco, que era el único español a bordo.

“Yo, Don Arturo Pérez-Recalde, Almirante de la Estación Marítima de Cartagena de Yndias, en primer lugar os saludo: si sois un hijo de la Gran Bretaña, de la Frans o de las Putas Provincias Unidas de los Países Bajos, me cago en vuestros muertos más frescos. Se caga en… se cisca en… le sobra mierda para cagarse en los capitostes y gerifaltes del Reino de Castilla que distraen los dineros de la Corona con su corrupción, enviando a soldados y marinos al combate con escasez de armas, municiones e incluso ropas… finalmente, declara que por la presente otorga a Doña Lau Bu la más eficaz, oficial y auténtica Patente de Corso de la Corona de Castilla, en nombre de Su Apostólica Majestad Católica, Don Carlos II de Habsburgo, cuya alma es espejo de virtudes, cual su cuerpo lo es de belleza.”
—Este hombre tiene un problema serio con la defecación —concluyó Nalibia. —Qué barbaridad, qué resabiado, si hasta cuando ensalza a su rey parece que lo está poniendo a parir.
—Está claro —dijo Tajuru —teníamos una topa a bordo. La cuestión es: ¿la han matado a sabiendas de que lo era? ¿O hay un asesino suelto al que le da igual todo?
Para concluir su inspección, Agus Kerman sacó unos filtros de amor del mismo bolsillo donde Lau guardaba la patente de corso. Los nombres de los frascos no dejaban lugar a dudas sobre su origen, ya que llevaban nombres como "Agua de Valencia", "Aire de Sevilla" o "Noche Madrileña." Con eso quedó demostrado que Lau Bu era la Celestina / Cupida, enviada por Rosa Boltón para perdición de la tripulación.
Tras el macabro descubrimiento, los ánimos estaban muy decaídos en la fiestecilla en el camarote de Asha. Y pocas cosas hay tan tristes como un pedo triste. Varias personas se tomaron un par de rondas de licor de pera por compromiso y, tras llorar un poco, se fueron hipando a sus camastros. Sin embargo, cuatro o cinco se quedaron, obstinados, trasegando el verde licor en sucias calabazas y vasos.
Sansalayne no estaba acostumbrada a beber. Siempre decía que su trabajo y sus estudios científicos requerían absoluta concentración. Se había apuntado a la fiesta por obligación y por haber sido ella quien tuvo la idea de destilar el licor, pero ahora estaba como presa por el alcohol. No podía parar de tomar tragos para olvidar el horror de la muerte de Lau. Al cabo de un rato, se desplomó en el suelo. Los demás siguieron bebiendo, sin darse cuenta de que la navegante empezaba a convulsionar.
Poco tiempo después, ya sólo quedaban en pie Asha y otra persona. La capitana miraba, borracha perdida, su calabaza vacía:
—No se nota, hics… pero… el licor se agota. Mal de Laffff, Madellll…mannn, Faldelafff, Mafal…delam… haz más licorrrr… másssss… pera de licccccorrrrr….
La otra bebedora aprovechó que su capitana miraba intensamente el fondo de su calabaza para sacar un trabuco y descerrajarle un tiro en la sien. Salió corriendo del camarote y cuando llegó a cubierta, hizo como que acababa de oír el disparo, volviendo donde yacían Asha y Sansa. Pues la mujer de Ciencias no había superado el coma etílico. Había elegido un mal día para empezar a beber.
Los consternados tripulantes rebuscaron en el baúl de Sansa y en la cómoda de Asha. Encontraron, para su gran sorpresa, una colección de tratados sobre Política y Filosofía en el equipaje de Sansalayne. Aparte de sus estudios científicos, parecía que la difunta navegante había hecho importantes estudios y pensado mucho sobre el sistema de gobierno ideal para el mundo. Hobbes, Maquiavelo, Aristóteles, Margaret Cavendish… pocos autores sobre Ciencias Políticas escapaban a su conocimiento. Como muchos hombres y mujeres de Ciencia antes que ella, había intentado resolver el enigma de la gobernación de las naciones como si fuera un problema de Física o Matemáticas. Pena que se hubiera frustrado en sus comienzos tu entusiasta y prometedora carrera política, Sansalayne.
Entre las posesiones de la difunta capitana había varios escritos con ideas estrafalarias. El más detallado era un plan para subir a visitar la Luna, que ella creía estaba hecha de queso de Burgos. Consistía en montarse en una vagoneta de hierro con dos imanes, lanzar uno hacia arriba, que atraería el vehículo; y antes de que cayese el primer imán, lanzar el segundo para repetir el proceso. El siguiente memorial de la capitana era una idea para controlar el mundo, diciendo a la gente que les inocularía una cura contra la viruela, que incorporaría una potente droga de control mental.
No cabía duda: Asha estaba Loca.
Re: Chechino 2.0 Reloaded
JUGADORES
Master: Bendar
1. Sansalayne, Política
2. Madelaf
3. Aslan
4. Tajuru
5. Asha Grey, Loca
6. Lau, Celestina / Cupida
7. Nali
8. Agus k
9.Loboblanco
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17. Ellaria
Master: Bendar
1. Sansalayne, Política
2. Madelaf

3. Aslan
4. Tajuru
5. Asha Grey, Loca
6. Lau, Celestina / Cupida
7. Nali
8. Agus k
9.Loboblanco
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17. Ellaria
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Fin del próximo turno: Miércoles 24 a las 22:00 hora peninsular española.
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Buuuuuuuu

En fin, a trolear.



En fin, a trolear.
Volveremos a encontrarnos...quizás en las resplandecientes brumas de la Espada de Orión, quizás en una desierta meseta del Asia prehistórica...quizás en otra forma, en los eones por venir, cuando el sistema solar ya no exista.
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Peroperoperopero qué ha pashao????
Juer, esperaba durar más
Juer, esperaba durar más

¡Sembrað, sembrað, malditos!
Que todas las olas sean mi escudo, que todos los truenos sean mi espada.
Fere libenter homines id quod volunt credunt
Que todas las olas sean mi escudo, que todos los truenos sean mi espada.
Fere libenter homines id quod volunt credunt
Re: Chechino 2.0 Reloaded
La historia
Tres muertes habiendo sólo un chechino
Imagino que Asha y Sansa estaban cupideadas... Porque no creo que Lau actuase sobre sí misma.
Se me ocurren dos opciones, la más fácil: que el vigilante actuase en el primer turno
. La otra tendría que ver con el stripper y una carambola muy grande 


Tres muertes habiendo sólo un chechino

Se me ocurren dos opciones, la más fácil: que el vigilante actuase en el primer turno

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