Chechino 2.0 Reloaded
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Bien, ya tenemos al chechino pero ahora estamos como en el primer turno, sin mucha información, asi que voto a Loboblanco, totalmente al azar
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Yo veo esa obsesión con el número 17 muy sospechosa...
Miembro #17 de Club De Flanes de Edd el Penas
- Sansalayne
- Mensajes: 682
- Registrado: Dom, 26 Feb 2017, 17:46
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Liadriel, Liadrieeeeeeeel
Jó, qué poco va a durar este chechino .
En fin, no sabemos ná del traidor/a y aunque sospecho de Ss en un 25% me decido por Loboblanco, que a ver si es que está mu callaico para no levantar la liebre....
Jó, qué poco va a durar este chechino .
En fin, no sabemos ná del traidor/a y aunque sospecho de Ss en un 25% me decido por Loboblanco, que a ver si es que está mu callaico para no levantar la liebre....
¡Sembrað, sembrað, malditos!
Que todas las olas sean mi escudo, que todos los truenos sean mi espada.
Fere libenter homines id quod volunt credunt
Que todas las olas sean mi escudo, que todos los truenos sean mi espada.
Fere libenter homines id quod volunt credunt
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Amo el 17 (solo lo supera el 27 pero no hay tantos chechinillos j)
loboblanco
loboblanco
El pueblo llano, cuando reza, pide lluvia, hijos sanos y un verano que no acabe jamás. No les importa que los grandes señores jueguen a su juego de tronos, mientras a ellos los dejen en paz. Pero nunca los dejan en paz.
- LoboBlanco
- Mensajes: 208
- Registrado: Mar, 21 May 2019, 20:54
Re: Chechino 2.0 Reloaded
E comenzado la partida siendo buenillo.
Y lo sigo siendo.
Para tratar de salvar el pellejo voto a ellaira
Veremos que acontece, pero la verdad, es que no hacéis bien en lincharme aquí!
Y lo sigo siendo.
Para tratar de salvar el pellejo voto a ellaira
Veremos que acontece, pero la verdad, es que no hacéis bien en lincharme aquí!
Re: Chechino 2.0 Reloaded
Jolines! Se me fue el tiempo y no llegué a votar...
Miembro #17 de Club De Flanes de Edd el Penas
Re: Chechino 2.0 Reloaded
He tenido una semana chunga pero ya estoy aquí para hacer bulto (lástima la hora).
Yo dejaría a Ellaria en paz, pero copycat puede ser cualquiera ¿no?
Yo dejaría a Ellaria en paz, pero copycat puede ser cualquiera ¿no?
Volveremos a encontrarnos...quizás en las resplandecientes brumas de la Espada de Orión, quizás en una desierta meseta del Asia prehistórica...quizás en otra forma, en los eones por venir, cuando el sistema solar ya no exista.
Re: Chechino 2.0 Reloaded
CAPÍTULO 3: EN LOS DOMINIOS DEL CAPITÁN AD HOC
SpoilerMostrar
Tras pasar esa noche toledana (o como se diga el equivalente francés), nuestras valientes supervivientes se encaminaron hacia el castillo de Tourmoulins. Poco hablaron durante el día, vigilándose y espiándose continuamente, aunque estaba claro que había dos personas que atraían la mayor parte de las sospechas: Ellaria y Loboblanco.
Al poco de anochecer, la cuadrilla llegó a las inmediaciones del castillo de Tourmoulins. Pero su ánimo flaqueó cuando vieron cómo estaba la entrada:
—Oh, vaya —dijo Sansa —¿no sería mejor rodear el castillo e ir directamente a por el radar?
—No, no —contestó Loboblanco. —La mejor forma de llegar al radar es en bote desde el castillo. Para eso necesitamos que nos ayude su dueño, el capitán Ad Hoc. Digamos que es… un viejo conocido de mi familia. No podrá negarme su ayuda.
—No sé, Lobo —replicó Madelaf —No lo veo muy claro, la verdad. ¿Cómo vamos a llegar hasta el capitán Ad Hoc, con un regimiento alemán entero vivaqueando en el castillo?
—Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Loboblanco. Lo que me pide el cuerpo es ponerme a ametrallar y lanzar granadas, pero… pensando en lo que diría mi hermana, QEPD… a veces la prudencia es la mejor parte del valor. Habrá que intentar infiltrarse de alguna manera en el castillo - dijo Ellaria.
El grupo finalmente decidió esconderse en una zona de matorrales cercana y esperar una oportunidad. Esta se presentó a primera hora de la mañana siguiente, cuando un pequeño motocarro de reparto se acercó traqueteando hacia el castillo. Nuestras heroínas le dieron el alto, y tras explicarle al conductor lo que se proponían, éste resultó ser un simpatizante de la Resistencia y aceptó.
El motocarro entró en Tourmoulins sin levantar sospechas. Una vez en la zona de las cocinas, las cuatro resistentes salieron de entre las botellas de leche y cajas de cereales y se internaron, siguiendo a Loboblanco, por los apolillados pasillos del Chateau.
Encontraron al capitán Ad Hoc junto al mueble bar, solo y mirando al mar, absorto en sus recuerdos de la marina mercante:
—¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo diablos han entrado en mi propiedad?
—No se sulfure, capitán. Soy Loboblanco y no creo que en este castillo se vaya a negar hospitalidad a un Loboblanco, ¿verdad?
—¡No me lo puedo creer! ¡Un Loboblanco en Tourmoulins! ¡Después de todos estos años! ¡Rayos y truenos, por qué no lo ha dicho antes! ¡Es usted el vivo retrato de su… tarata-tatarata abuelo, sin duda!
Ante la mirada desconcertada de Sansa, Made y Ellaria, Lobo explicó:
—Mi … tarata-tatarata abuelo fue un pirata a finales del S.XVII que navegó durante muchos años con Francisco de Hadoque, el tarata-tatarata abuelo del capitán (N. del A: Recuérdese, por el mismo autor, “El Chechino de la Corsaria Enmascarada”). Miren, ahí hay un retrato del antepasado del capitán:
Sansa le explicó brevemente al capitán el motivo de su visita. Este estuvo de acuerdo en sacar un bote aquella noche para llevarles hasta la estación de radar. Durante el resto del día, las cuatro se escondieron en un ala abandonada del chateau, donde no tuvieron ningún encontronazo con las tropas alemanas.
Al poco de anochecer, el capitán las sacó de sus escondrijos y las llevó a una pequeña cala donde tenía escondido un bote. Se hicieron a la mar y, al poco rato, Ellaria se agachó y cubrió los pies del viejo Loboblanco con una manta.
—Para que no se enfríe, Lobo.
Pasados un par de minutos más, Sansa se incorporó en el bote y empujó sorpresivamente a Loboblanco por la borda. Este cayó, sorprendido, y se fue rápidamente al fondo, ya que Ellaria le había atado dos grandes pedruscos a las piernas por debajo de la manta. Así murió linchado y ahogado Loboblanco.
—¡PERO QUÉ HABÉIS HECHO, CANÍBALES, ORANGUTANAS, MUJERES BARBUDAS, ANTROPÓFAGAS, CENTOLLAS SIN PATAS, PERCEBES DE MIL DEMONIOS, FILOXERAS, LEPIDÓPTERAS! —Gritó fuera de sí el capitán Ad Hoc.
—No se irrite, capitán. Loboblanco era un traidor, un espía de Vichy. Merecía morir. —dijo Ellaria.
—¡QUE MERECÍA MORIR, DICE! ¡LOBOBLANCO PERTENECE A UNA ESTIRPE DE JUSTICIEROS Y VIGILANTES DESDE, POR LO MENOS, EL SIGLO XVII! ¡LA LEY DE LOS PIRINEOS, LES LLAMAN! ¡ESTÁIS LOCAS, CHIFLADAS, IDAS, PERTURBADAS! ¡PEDAZO DE MONGUERS, COMO HABÉIS PODIDO AHOGAR A LOBOBLANCO EL JUSTICIERO!
—Bueno, capitán, una mala tarde la tiene cualquiera. Ha sido un error, vale. Lo asumimos y ahora… tirar pàlante. Deje de dar esas voces, que nos van a oír no ya en la estación de radar, en el mismo Berlín.
—¡ME DA IGUAL QUE ME OIGAN ESOS CABEZAS PARALEPÍPEDAS! ¡HABÉIS MATADO A MI AMIGO! ¡AHORA OS VAIS NADANDO! ¡FUERA DE MI BOTE Y DE MI VISTA, SALVAJES, TUERCEBOTAS, ZULÚS, BALBAZUCS, CRETINAS, VÍBORAS, RATAS DE DOS PATAS…!
Dado que el capitán no se iba a callar, Sansa, Ellaria y Madelaf no tuvieron más remedio que tirarle por la borda. Ad Hoc, por supuesto, no se ahogó, sino que siguió lanzando invectivas desde el agua, que les llegaban cada vez más lejanas:
-¡Barraganas! ¡Ingratas! ¡Marineras de agua dulce! ¡Mataperros! ...
Desde donde estaban, nuestras valientes ya veían la estación de radar alemana, que era su destino final:
Ahora ¿quién sería la traidora? ¿Quizá Madelaf se había enamorado de alguno de los muchos oficiales alemanes que frecuentaban su cabaret? ¿Tal vez a Sansa le habían ofrecido recuperar su plaza de funcionaria a cambio de acabar con esta célula de la Résistance? ¿O a lo mejor Ellaria se había visto tan afectada por la muerte de su hermana, que lo quería mandar todo a la merde?
Lo averiguaremos (casi seguro) en la Gran Final a tres que nos espera en el próximo capítulo…
Al poco de anochecer, la cuadrilla llegó a las inmediaciones del castillo de Tourmoulins. Pero su ánimo flaqueó cuando vieron cómo estaba la entrada:
—Oh, vaya —dijo Sansa —¿no sería mejor rodear el castillo e ir directamente a por el radar?
—No, no —contestó Loboblanco. —La mejor forma de llegar al radar es en bote desde el castillo. Para eso necesitamos que nos ayude su dueño, el capitán Ad Hoc. Digamos que es… un viejo conocido de mi familia. No podrá negarme su ayuda.
—No sé, Lobo —replicó Madelaf —No lo veo muy claro, la verdad. ¿Cómo vamos a llegar hasta el capitán Ad Hoc, con un regimiento alemán entero vivaqueando en el castillo?
—Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Loboblanco. Lo que me pide el cuerpo es ponerme a ametrallar y lanzar granadas, pero… pensando en lo que diría mi hermana, QEPD… a veces la prudencia es la mejor parte del valor. Habrá que intentar infiltrarse de alguna manera en el castillo - dijo Ellaria.
El grupo finalmente decidió esconderse en una zona de matorrales cercana y esperar una oportunidad. Esta se presentó a primera hora de la mañana siguiente, cuando un pequeño motocarro de reparto se acercó traqueteando hacia el castillo. Nuestras heroínas le dieron el alto, y tras explicarle al conductor lo que se proponían, éste resultó ser un simpatizante de la Resistencia y aceptó.
El motocarro entró en Tourmoulins sin levantar sospechas. Una vez en la zona de las cocinas, las cuatro resistentes salieron de entre las botellas de leche y cajas de cereales y se internaron, siguiendo a Loboblanco, por los apolillados pasillos del Chateau.
Encontraron al capitán Ad Hoc junto al mueble bar, solo y mirando al mar, absorto en sus recuerdos de la marina mercante:
—¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo diablos han entrado en mi propiedad?
—No se sulfure, capitán. Soy Loboblanco y no creo que en este castillo se vaya a negar hospitalidad a un Loboblanco, ¿verdad?
—¡No me lo puedo creer! ¡Un Loboblanco en Tourmoulins! ¡Después de todos estos años! ¡Rayos y truenos, por qué no lo ha dicho antes! ¡Es usted el vivo retrato de su… tarata-tatarata abuelo, sin duda!
Ante la mirada desconcertada de Sansa, Made y Ellaria, Lobo explicó:
—Mi … tarata-tatarata abuelo fue un pirata a finales del S.XVII que navegó durante muchos años con Francisco de Hadoque, el tarata-tatarata abuelo del capitán (N. del A: Recuérdese, por el mismo autor, “El Chechino de la Corsaria Enmascarada”). Miren, ahí hay un retrato del antepasado del capitán:
Sansa le explicó brevemente al capitán el motivo de su visita. Este estuvo de acuerdo en sacar un bote aquella noche para llevarles hasta la estación de radar. Durante el resto del día, las cuatro se escondieron en un ala abandonada del chateau, donde no tuvieron ningún encontronazo con las tropas alemanas.
Al poco de anochecer, el capitán las sacó de sus escondrijos y las llevó a una pequeña cala donde tenía escondido un bote. Se hicieron a la mar y, al poco rato, Ellaria se agachó y cubrió los pies del viejo Loboblanco con una manta.
—Para que no se enfríe, Lobo.
Pasados un par de minutos más, Sansa se incorporó en el bote y empujó sorpresivamente a Loboblanco por la borda. Este cayó, sorprendido, y se fue rápidamente al fondo, ya que Ellaria le había atado dos grandes pedruscos a las piernas por debajo de la manta. Así murió linchado y ahogado Loboblanco.
—¡PERO QUÉ HABÉIS HECHO, CANÍBALES, ORANGUTANAS, MUJERES BARBUDAS, ANTROPÓFAGAS, CENTOLLAS SIN PATAS, PERCEBES DE MIL DEMONIOS, FILOXERAS, LEPIDÓPTERAS! —Gritó fuera de sí el capitán Ad Hoc.
—No se irrite, capitán. Loboblanco era un traidor, un espía de Vichy. Merecía morir. —dijo Ellaria.
—¡QUE MERECÍA MORIR, DICE! ¡LOBOBLANCO PERTENECE A UNA ESTIRPE DE JUSTICIEROS Y VIGILANTES DESDE, POR LO MENOS, EL SIGLO XVII! ¡LA LEY DE LOS PIRINEOS, LES LLAMAN! ¡ESTÁIS LOCAS, CHIFLADAS, IDAS, PERTURBADAS! ¡PEDAZO DE MONGUERS, COMO HABÉIS PODIDO AHOGAR A LOBOBLANCO EL JUSTICIERO!
—Bueno, capitán, una mala tarde la tiene cualquiera. Ha sido un error, vale. Lo asumimos y ahora… tirar pàlante. Deje de dar esas voces, que nos van a oír no ya en la estación de radar, en el mismo Berlín.
—¡ME DA IGUAL QUE ME OIGAN ESOS CABEZAS PARALEPÍPEDAS! ¡HABÉIS MATADO A MI AMIGO! ¡AHORA OS VAIS NADANDO! ¡FUERA DE MI BOTE Y DE MI VISTA, SALVAJES, TUERCEBOTAS, ZULÚS, BALBAZUCS, CRETINAS, VÍBORAS, RATAS DE DOS PATAS…!
Dado que el capitán no se iba a callar, Sansa, Ellaria y Madelaf no tuvieron más remedio que tirarle por la borda. Ad Hoc, por supuesto, no se ahogó, sino que siguió lanzando invectivas desde el agua, que les llegaban cada vez más lejanas:
-¡Barraganas! ¡Ingratas! ¡Marineras de agua dulce! ¡Mataperros! ...
Desde donde estaban, nuestras valientes ya veían la estación de radar alemana, que era su destino final:
Ahora ¿quién sería la traidora? ¿Quizá Madelaf se había enamorado de alguno de los muchos oficiales alemanes que frecuentaban su cabaret? ¿Tal vez a Sansa le habían ofrecido recuperar su plaza de funcionaria a cambio de acabar con esta célula de la Résistance? ¿O a lo mejor Ellaria se había visto tan afectada por la muerte de su hermana, que lo quería mandar todo a la merde?
Lo averiguaremos (casi seguro) en la Gran Final a tres que nos espera en el próximo capítulo…
Última edición por Bendar el Sab, 09 Oct 2021, 10:36, editado 1 vez en total.
Re: Chechino 2.0 Reloaded
JUGADORAS
Si yo caí, la Résistance triunfó
Máster: Bendar
1. Liadriel, Asesina
2. Madelaf
3. Ss
4. Boubaris, Voyeur
5. Asha, Gran Maestra de la Masonería
6. Lau, Vidente
7.LoboBlanco, Justiciero
8...
17. Ellaria
Si yo caí, la Résistance triunfó
Máster: Bendar
1. Liadriel, Asesina
2. Madelaf
3. Ss
4. Boubaris, Voyeur
5. Asha, Gran Maestra de la Masonería
6. Lau, Vidente
7.LoboBlanco, Justiciero
8...
17. Ellaria
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 7 invitados