Chechino 2.0 Reloaded

[Theon Lobster]

Cambio mi voto por votar a un vivo: Liadriel

[Asha Grey]

No cuela, Liadriel.

De hecho, parece que te has descubierto montando carros para provocar muertes en cadena, o eso parece.

[tajuru]

Siento no haber votado el turno pasado. Creo que Tajuru es el asesino que buscamos.

yo regalándote cosas y tu acusandome una vez muerta, esta te la guardo

[tajuru]

Tajuru , porque ahora mismo mi odio cerseico es total

Te digo lo mismo que a Theon, yo os regalo cosas, me matan y encima soy la mala???? también te la guardo

[tajuru]

tripleposteo para decir que me parece sospechoso que SS no vote a Lidraliel

[Sansalayne]

melaLIA DRIEL

[Bendar]

CAPÍTULO VI - EL RETORNO DE LA REINA

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Tras descansar un par de días en la Ventana al Sur, Asha, Liadriel y Theon se despidieron cordialmente de Farrah Myr. Aslan se demoró un poco más; ya que, hablando, hablando, se habían dado cuenta de que eran primos lejanos. El tatarabuelo de Aslan, Eddard Myr, había bajado de las Montañas Blancas y había obtenido el feudo de Tolfalas; mientras que la rama de Farrah se había quedado en su hogar ancestral.
—Si alguna vez necesitas ayuda de los Montaraces, sopla este cuerno, Aslan.



—Te deseo mucha suerte… y cuidado con tus compañeros.

Lo que quedaba de la Sociedad del Anillo reemprendió viaje rumbo al Sureste. Pretendían pasar desapercibidos, pero resultaba casi imposible, pues aquellas tierras estaban densamente habitadas. Atrás quedaba la “Tierra Media vaciada” de Enedwaith y Minhiriath. En la región de colinas justo al Sur de las Montañas Blancas, era raro encontrar un horizonte en el que no hubiese un pueblecito o una granja. Aunque los adultos de la zona eran poco comunicativos, los niños y niñas pronto empezaron a seguir a la Sociedad y a darles la plasta con incesantes preguntas, como por ejemplo:

—Asha, ¿por qué las Enanas no tenéis barba?

—Theon ¿por qué la Comarca sólo se llama Comarca? Las otras comarcas que conocemos, todas tienen nombre.

—Aslan ¿es verdad que Tolfalas es una isla? Nosotras pensábamos que todo Gondor estaba en tierra firme.
Al principio, los aventureros respondían de buen grado, contentos de tener compañía civilizada (bueno, más o menos). Pero, al cabo de tres días, ya estaban un poquito hartos. Entonces llegaron a un pueblo grande con el ominoso nombre de Minas Lynch, que estaba a rebosar porque coincidía que era día de mercado.



Liadriel, en lugar de intentar atravesar el pueblo discretamente, como solían hacer, dijo a sus compañeros:

—Amigos, ha llegado mi momento. Ahora os mostraré quién soy en realidad.

Y acto seguido, avanzó resuelta entre la multitud. Encontró una caja de frutas vacía, le dio la vuelta y se subió. Desde su improvisado estrado, soltó este discurso:

—¡Pueblo de Gondor! ¡Hombres y mujeres de las Colinas! ¡Hasta hoy se me ha conocido como Liadriel, una montaraz medio elfa del Norte! ¡Pero hoy, ante vosotros, revelo mi verdadera identidad: pues no soy otra que ANNAGORN, HIJA DE ANNATHORN, descendiente por línea materna directa de Arvedui, el Último Rey de Arnor! Y como quiera que el linaje real de Gondor falló hace muchos siglos, ¡soy vuestra reina por derecho!
La mayoría de la gente enmudeció ante aquella proclama. Pero un hombre mayor, de barba blanca y aspecto de monje o similar, le replicó:

—¡Guardaos de los falsos profetas, pues ellos vendrán a vosotros como lobos vestidos con piel de cordero! “La Caída de Gondolin”, versículo 46. ¡Farsante! ¡Impostora! Todo el mundo sabe que el linaje real de Arnor se extinguió con Arvedui, el Último Rey, como su propio nombre indica. ¡Fuera de aquí!

—Ese versículo que citas habla de los falsos profetas. Hombres, no mujeres. Yo no soy falsa, ¡os digo la verdad! ¡El linaje real se conservó en el Norte, aunque se extinguiese aquí en Gondor!

—Vaya, vaya. —Terció otro parroquiano —Así que esta listilla dice que en el Norte son mejores que nosotros ¿no? ¡Siempre lo mismo! ¡La fiesta del Sur y todo eso! ¡Pues al menos nosotros conservamos nuestro REINO, no como vosotros, que lo perdisteis ante el Rey Brujo!

—¡Eso! ¡Fuera! ¡Norteña! ¡Forastera! ¡Marisabidilla! ¡Sangre Sucia! —la marea de la opinión popular se empezaba a decantar contra Liadriel. En ese momento, Aslan, Asha y Theon se miraron; estaban a punto de intervenir para sacar a su compañero del lío en que se había metido ella sola, cuando Annagorn sacó de su capa el Anillo y dijo:

—¡Mirad todos, descreídos! ¡Este es el Anillo de Chechinárion, forjado en la Segunda Edad por los herreros elfos de Eregion! País que fue devastado por las legiones de Sauron y posteriormente incorporado al reino de Arnor. Por tanto, ¡este anillo es mío por derecho! ¡Es prueba de mi sangre real! ¡Veréis cuando invoque su poder!

Hasta el más inculto paleto de las colinas se daba cuenta de que la argumentación de Annagorn tenía más agujeros que las minas de Moria. Los tomates y los huevos empezaron a volar en su dirección. Entonces, la montaraz se puso el anillo y comenzó a hablar en Lengua Negra. Las nubes oscurecieron la radiante mañana y el frío entró en los corazones. El rostro de Liadriel se convirtió en una parodia de sí misma, llena de odio, locura y una ambición desmedida:



—¡Ash Nazg Gim-ba-tul! ¡Ash Nazg Che-chi-nul! —rugió Annagorn.

En ese momento, las hortalizas volantes dieron paso a los virotes de ballesta. Pero estos se desviaban por arte de magia y caían a sus pies. Entonces, varios pueblerinos entraron en este local:



Salieron de allí al poco con horcas, hoces, hachas y otras cosas con “h” que ahora mismo no se me ocurren. Se conoce que tenían preparado de antemano el kit de linchamiento.

En ese momento Theon dijo:

—Eeeehhh, Aslan, Asha, yo no digo nada pero mirad ese carromato con lona que hay abandonado en esa esquina.

—Yo tampoco digo nada —dijo Asha —pero en el cartel de esa salida del pueblo pone “A Dol Amroth 316 millas.”

—Coincido con vosotros. Va a ser el momento de una discreta retirada.

Los compañeros apañuscaron el carro mientras vieron cómo a su excompañera le probaban la corbata de cáñamo. Así cayó Liadriel, la Asesina de Reemplazo.

—Estos pueblerinos han hecho lo que nosotros fuimos incapaces de hacer: terminar con la Asesina de Reemplazo. La teníamos ante nuestras narices y no supimos verlo hasta el final —dijo Aslan.

—Bueno, hasta el final, final… Theon y yo andábamos ya con la mosca detrás de la oreja. —replicó Asha.

Mientras la Sociedad del Anillo salía a escape de Minas Lynch, vieron correr como una exhalación a la extraña criatura Gálam, que venía chillando:

—¡¡¡El Tesssoro!!! ¡No, el Tesssoro no! ¡Lo queremos! ¡Es nuestro, nos lo robaron!

Lo último que oyeron los aventureros fueron los gritos de Shéagol mientras el Pueblo de las Colinas le dispensaba el mismo tratamiento que a la advenediza montaraz.

—Aslan, ¿aquí en Gondor, hay leyes contra el trabajo infantil? —dijo Theon.

—Ehhh… bueno, sí —respondió Aslan —Pero nadie hace mucho caso en provincias lejanas como esta. ¿Por qué lo preguntas?

—Bueno, más que nada, porque si conduzco yo, igual nos paran y nos piden explicaciones. Asha, obviamente, que vaya dentro, bien tapada. Ya hemos visto cómo se las gastan aquí con la gente de aspecto extraño. Y tú, Aslan, ¿sabes conducir carros?

—Pues no, la verdad. ¿Un gran señor como yo, conduciendo carromatos? No, yo nunca he tenido que realizar esos trabajos. Así que, pequeño amigo, me temo que te toca conducir a ti un buen trecho.

La Sociedad del Anillo atravesó medio Gondor sin mayor incidente. Un par de veces les paró una patrulla, pero Aslan iba bastante sobrado allí en su país natal:



Así que pudieron despachar a los soldados con unas sencillas explicaciones.

Cuando estaban ya a unas 30 millas de Dol Amroth, una mañana quedaron deslumbrados al mirar al Este: pues venía cabalgando a todo trapo un jinete, todo resplandeciente. No era otra que Gandalf, que les saludó así:

—¿Recordáis, amigos? Hoy es el amanecer del vigésimo quinto día. He venido a vosotros en los albores de la tempestad.

Aslan sugirió que, antes de intentar el definitivo asalto a Imrahil y Hil en Dol Amroth, la Sociedad debía descansar y pertrecharse en Edhellond. Era otra ciudad portuaria, situada a unas veinticinco millas al Nordeste de Dol Amroth, en la misma Bahía de Cobas, y que mantenía desde siempre una intensa rivalidad comercial, política, económica y deportiva con ella. Si en Dol Amroth triunfaba el aislacionismo, en Edhellond eran muy amigos de los elfos y mucho más cosmopolitas.

—Si queremos encontrar ayuda en nuestra empresa, sin duda Edhellond es el mejor lugar donde acudir —dijo Aslan.

Pareció bien esta idea a los compañeros, así que este capítulo finaliza con la entrada de su carromato en esa ciudad.

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JUGADORES

1. Ss, Espía
2. Madelaf Asesina
3. Boubaris, Narrador
4. Taju, Ex-Comodín, actual Manitas
5. Aslan
6. Asha
7.Loboblanco, Justiciero
8. Theon L.
9. Liadriel, Asesina de Reemplazo
10. Lau Bu, Ermitaña
...
17. Ellaria, Manitas

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AVISO

De cara a vuestras cábalas, uno de los personajes supervivientes recibe tarjeta amarilla por no haber actuado en este turno.

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Próximo (y posiblemente último turno) vence el MARTES DIA 1 a las 23:00 HORAS, horario peninsular español.

He visto que algunos habéis tenido problemas cuando he puesto el cierre de turno a las 20:00 horas. Es que me puede el ansia por intentar sacar la historia el mismo día. Pero es mejor que todo el mundo pueda intervenir y ya sacar la historia al día siguiente.

Muy honroso ese 4º puesto de Liadriel en su primera participación. Además, has dado mucho juego.