El Dios Ahogado arrojó de su territorio a Jaime y a Bronn, un hecho que ya era previsible. Jaime tiene asumida la derrota y Bronn demuestra, una vez más, que sólo es un mercenario que se mueve por sus intereses, aunque ya no bastará con el oro de los Lannister para retenerlo; Bronn teme a los dragones y no es de esos que se pondrá a la cola para ser asado a la parrilla si la situación lo requiere.
La actitud de Jaime no sorprende, es inteligente y sabe cuándo debe retirarse; aunque su hermana Cersei tiene prioridad y seguirá leal a ella hasta el final. Su reencuentro con Tyrion estuvo atestado de una tensión palpable que, por suerte o por desgracia, no terminó en tragedia. Sorprendentemente, ahora es Cersei quien dispone de sus propios "pajaritos" y gracias a su repentina prudencia Tyrion salió con la cabeza puesta y Jaime demostró, sin planificarlo, que confió en ella lo suficiente como para contárselo. Todo hubiese quedado en una anécdota donde cada pieza del ajedrez hace su movimiento si Cersei no hubiera sorprendido, una vez más, con un embarazo. Sin embargo, si hay algo que sabemos de Maggy la Rana es que nunca falla;
y es que ese bebé no llegará a buen puerto, Cersei sufrirá, sin querer, un aborto espontáneo. Por lo tanto, nunca podrá volver a tener hijos.
En Rocadragón, Daenerys no deja de hacer honor a su lema: Fuego y Sangre. La frialdad con la que se dirige a su público resulta sobrecogedora, sobretodo cuando exige que se arrodillen ante ella y son pocos los que deciden hacerlo a la primera; para un segundo intento, ya está Drogon imponiéndose con un bramido. Una segunda vez da resultado y sólo quedan en pie los dos valientes Tarly que, a pesar de la antipatía que provocan entre los fans por los desprecios y humillaciones que hicieron a Sam en su infancia, murieron con el mismo honor que Alliser Thorne en su día. No pude evitar recordar, por un instante, a Shireen Baratheon ante la mirada fija de Stannis y su ejército. Las comparaciones son odiosas (o eso dicen) pero tuve la impresión de que ambos Tarlys se desintegraron con la rapidez del fogonazo, ¿habrá dolido? Shireen tuvo tiempo para pedir que la salvasen.
La justicia de Daenerys me hace plantearme dos cuestiones:
-¿Podrá ser respetada como monarca cuando sus futuros súbditos, ante la presencia de su imponente dragón, sienten la obligación de rendirle pleitesía y necesitan una dosis de Drogon para terminar de decidirse?
-¿Es Daenerys una reina equilibrada y equitativa cuando la opción contraria a reconocerla como la legítima heredera es la muerte a la parrilla?
Cada seriéfilo podrá sacar sus propias conclusiones, pero hay quienes todavía (y no son pocos) justifican las acciones de Daenerys como ecuánimes y correctas. Personalmente, me reafirmo en su incipiente locura y las terribles consecuencias que puede traer su reinado. Con suerte, gobernará sobre cenizas que no puedan llevarle la contraria.
En Invernalia el panorama es desolador. Hasta ahora, Arya Stark tenía actitudes injustificables pero comprensibles. Descrita por los suyos como una chica rebelde y guerrera, se vio obligada a deambular por Poniente y la isla libre de Braavos para sobrevivir y aprender por su cuenta a tomar medidas drásticas para llegar a donde se encuentra hoy: su hogar. Sin embargo, la crudeza con la que juzga a su hermana a raíz de la última audiencia que ésta ha tenido con sus aliados y la acritud con la que le reprocha que no defendiera a Jon Nieve de los insultos (Nadie no sabe distinguir un insulto de una opinión, por lo visto) deja una brecha abierta entre ambas hermanas que nunca terminó de estar cerrada, pues ahora es Arya quien parece detestar a una Sansa que pocos comprenden. La susodicha ha pasado de ser mi favorita entre los personajes femeninos a mi rincón de las más detestadas, ya que he visto maldad en sus palabras y en su mirada. ¿De verdad era necesario que Arya le echara en cara a Sansa que, en el fondo, deseaba que Jon Nieve muriera para quedarse ella como señora de Invernalia? La indignación que sentí ante la vulnerabilidad de Sansa y la rabia contenida de Arya sólo me la puede quitar George R.R.Martín arreglando este desastre más propio de la HBO que de la realidad.
A pesar de todo, minutos antes la legítima heredera de Invernalia (pues Bran renunció a su puesto y Jon no tiene derechos reales sobre el Norte) demostró que respetaba la ausencia de su "hermano" no aprovechando la situación que le dieron los norteños para hacerlo, pues si algo también ha quedado claro es que son unos verdaderos cambiacapas. Sansa, sin tener la obligación legal de hacerlo, ha respetado la elección inicial de los norteños que hicieron a Jon Nieve el Rey del Norte. Al menos, hubo quien gritó que fueron los caballeros del Valle los que llegaron allí gracias a ella. ¿Significa esto que le reconocen, por fin, el mérito? ¿Hizo falta que se fuera Jon Nieve para hacerlo? Los Lannister y los sureños empiezan a ganarse mi respeto, lamentablemente.
El capítulo, a pesar de ser medianamente aceptable y entretenido, tiene un pequeño defecto que, a su vez, tendrá enormes consecuencias. Quien estuviese al tanto de las filtraciones, ya sabría que este disparate se daría y es que Rhaegar Targaryen sí anuló su matrimonio con Elia Martell para casarse con otra. No creo que sea necesario deducir que la aludida es Lyanna Stark y este detalle cambia, a grandes rasgos, el panorama de Jon Nieve. La cuestión es, ¿en la época en la que está ambientada la serie es legal el divorcio? ¿Existe, acaso, esa posibilidad? ¿Anular un matrimonio en secreto sin una explicación más detallada, pues Elia seguía viva, puede validar realmente el siguiente? Y, ¿qué sentido tenía no hacerlo público si Lyanna, meses más tarde, tenía intención de ocultar la verdadera identidad de Jon? La coherencia argumental ha caído en picado, pero no nos engañemos. Jon no es nadie. Un testamento, en manos de Cersei, sirve para papel del váter. ¿Alguien recuerda cómo terminaron las últimas palabras de Robert que Ned se molestó en escribir antes de entregárselas a la reina? Este cambio sólo sirve para que Jon apoye su pretensión al trono en base a un apellido, como Daenerys Targaryen. Pero el trono, como todo rey que se precie, hay que conquistarlo por la fuerza y, lo más importante, mantenerlo en el tiempo.
El resultado final es que Jon, Gendry, Davos y la Hermandad sin Estandartes (rescatados de las mazmorras) se dirigen Más Allá del Muro para demostrar que existe una verdadera amenaza que perturbará las ganas de gobernar Poniente. Cersei y Daenerys, cada una por su parte, ya han accedido a esperar las pruebas a pesar de que su único objetivo sigue siendo el Trono de Hierro.
Como anécdota cómica, Jorah parece haber vuelto para formar parte de la friendzone y para regocijo de Davos, Gendry no continuaba remando.
Se han seguido sumando más reencuentros y primeros encuentros esperados por los fans, pero siguen siendo gélidos y/o tibios y no llegan a suscitar las emociones previstas (Tyrion-Jaime, Jorah-Jon, Jorah-Daenerys, etc).
Sólo me quedó una duda: ¿Cómo es posible que Arya, alias Nadie, detecte los sentimientos más profundos de Sansa, pero no vea venir la manipulación y el engaño de Meñique? ¿Es acaso Meñique capaz de engañar a un Hombre sin Rostro o es que Arya está tan cegada por los celos hacia su hermana que no le dejan ver lo que hay detrás? En fin, menos mal que Bran siempre estará para mediar.
PD: A este capítulo le voy a dar un cinco porque considero que argumentalmente está perdiendo fuelle.