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Martillo despertó de la siesta y quitó la silla que tenia trabada ante su puerta, se mojo la cara y tomó un tentempié frugal.
Mientras acudía a la curia propiamente dicha, para volver a parlamentar, pensaba en todo lo que había ocurrido, las muertes, Tigre y su locura por cambiar aquel mundo corrupto…entonces vio a uno de sus compañeros esperando nervioso, -que haces-le dijo. Aquel dio un respingo y le respondió- estaba esperándote, ahora que eres el nuevo líder de tu facción, creo que vais a ganar y debo unirme a vuestro bando, en la votación de hoy lo haré por vosotros, a cambio quiero mi parte –decía nervioso mirando a todos lados y frotándose las manos-…pero me gustaría hablarlo en privado –esto mirando por encima del hombro y pasándose la lengua por los labios- en mi despacho, aquí nos pueden ver muchos.

Martillo llegó exhausto y tuvo que tomar asiento en una silla que le ofreció su compinche en la artimaña que llevaría a su partido a la gloria. –No sabía que estuviera tan lejos tu despacho…-dijo mientras cogía aliento. Su cuerpo no reaccionaba. Se puso nervioso mientras su visión se perdía, incapaz de aguantar la mirada sobre su interlocutor.
-Ahora querido Martillo te voy a meter esta sustancia por la boca, se llama nitroglicerina –dijo colocándole un embudo en la misma y sosteniendo su cabeza con una cuerda al respaldo de la silla.-
Veras, yo estaba con Tigre, me compró y acabó convenciéndome de que su visión era lo mejor…y yo seré quien controle el gobierno de este imperio y mi casta será la que gobierne por siglos...-se sonrió con una risilla floja.- ahora esto –dijo introduciendo otra cosa en su boca- y ahora tu cabeza hará PUM…me tengo que ir amigo, me esperan y no puedo llegar machado a la curia.


Mientras bajaban las escaleras en tromba, el senador Blanco tropezó con la mala suerte que al llegar al suelo, estaba muerto

Asha Grey escribió: ↑

Jue, 05 Abr 2018, 00:17

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