Tenía unas imágenes preparadas, pero no sé por qué no me va el Imgur. Sorry!
El holograma que era Aslan 2.0 se defendía diciendo que él no podía manipular la realidad física, por lo que era imposible para él colocar ningún explosivo. Sansalayne, por su parte, decía que "todas tenemos un pasado" y que precisamente ella era quien más aborrecía a las comunas marcianas, por haberlas sufrido en carne propia durante toda su infancia y juventud.
Una vez dentro de la Arcología Tokaído, nuestras intrépidas Runners buscaron un punto de acceso a la red local de la corporación. Aquello fue muy fácil, ya que el nivel externo de la red local era público. Contenía anuncios, novedades, noticias, las últimas aperturas de tiendas y cosas así. Sólo los hackers eran capaces de penetrar desde ahí para llegar hasta la Intranet corporativa, donde se encontraban datos de empleados, listados de clientes u organigramas. Y para llegar a donde estaba la “chicha” de verdad, los datos realmente jugosos y sensibles como la contabilidad de gestión, las adquisiciones previstas, el plan de retribución del Consejo o el Plan Estratégico, había que cruzar lo que en la jerga de los hackers se llamaba “el hielo” y en lenguaje informático estándar, PAI o “Programa Anti Intrusión”. Este era el software defensivo de las Corporaciones, que, según la ambientación que le diera cada empresa, podía tener el aspecto de perros guardianes, la Gran Muralla China o una flota de destructores espaciales.
Liderados por las hackers más expertas (Aslan, Sansa y Madelaf), el grupo se abrió camino sin mucha dificultad hasta el primer hielo de la red de Tokaído.
-Esto está chupado -dijo Madelaf -Le planto un programa rompehielos, le activo una subrutina automática por aquí... y hale, ya podemos seguir.
Cuando iban a llegar al siguiente rompehielos, varias personas intercambiaron sutiles gestos de asentimiento. Entonces le conectaron un brutal virus informático al pobre Aslan 2.0, que empezó a disolverse como un azucarillo. Sólo le dio tiempo a decir:
-¡Idiotas! ¡Os acabáis de cargar al Doctor!
A las pobres chechinillas no les dio tiempo de arrepentirse. Se les vino encima una katana neural, un potente programa anti-intrusos.
-¡Que no cunda el pánico! - dijo Asha - Tengo un escudo para bloquearla.
-¡Cuidado, Asha! ¡Tiene otro hielo anidado dentro! - gritó Ellaria - Pero ya era tarde. El PAI de la katana tenía dentro otro hielo camuflado, mucho más potente: un Dragón Blanco, también llamado Ryu Ga Waga Teki Wo Kurau. La combinación de los dos PAI constituía un letal PAIPAI. Una voz que no se sabe de dónde venía dijo: -¡Dracarys!
Lobo, Sansa, Ellaria y Boubaris se desenchufaron de la red en ese preciso momento. Pero Asha la Espía y Madelaf la Justiciera tenían los controles oportunamente bloqueados y no pudieron salir. La explosión de llamaradas del dragón neural frió sus cerebros, muriendo en una serie de dolorosos espasmos.
Así era la vida del hacker. A veces los peligros de Internet traspasaban la barrera de lo virtual y se los llevaban por delante.
Al rato, la persona Pirómana recibió una llamada desde Marte.
-Agente 86, ¿qué ha pasado?
-Bueno, ya ha caído más de la mitad del grupo. No voy nada mal.
- A ver, Agente. ¿Qué parte no ha entendido usted de "queremos espectacularidad"? ¡Déjese ya de ser tan sutil! ¡Queremos ver un tren descarrilar, cortes de luz en barrios enteros, una estación ardiendo! La próxima vez no toleraremos medias tintas.