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Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Dom, 15 Mar 2020, 12:35
por Bendar
Buenos días. Un par de avisos:

1. Dadas las circunstancias excepcionales, el Chechino comenzará aunque no haya quórum. Arreglaré las habilidades de los personajes para poder empezar aunque haya menos de 12 jugadores/as.

2. Todos/as los que no se apunten ceden irrevocable y gratuitamente sus derechos de imagen para ser utilizados como PNJs en las historias.

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Dom, 15 Mar 2020, 12:39
por Bendar
Para fomentar (o disuadir, ya veremos) la participación, en esta ocasión os voy a adelantar la historia:

“Berlín ha muerto. En su lugar crece Chicago”.
Walter Rathenau

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EL MARDER CLUB

En un abarrotado cabaret berlinés, el Maestro de Ceremonias (en lo sucesivo, MC) salió al escenario y se dirigió así al público:

“¡Señoras y señores, Ladies and Gentlemen, Mesdames et Monsieurs, Meine liebe Damen und Herren! ¡Bienvenidos al Marder Club! ¡Willkommen, Bienvenue, Welcooooome! ¡Im cabaret, au cabaret, al cabaret!
¡Damas y caballeros, bienvenidas, bienvenidos, muchas gracias por acudir una noche más al Marder Club! ¡El cabaret que les ofrece la experiencia definitiva! ¡La lucha entre la vida y la muerte! Nuestro cabaret no es para corazones vacilantes. Todavía están a tiempo de pensárselo mejor. ¿Quieren ir a ver bailar a estrellas internacionales? ¡Pues vayan al Kit Kat Club! ¿Quieren ver grandes números musicales con cuarenta o cincuenta bailarines sobre el escenario? ¡Pues váyanse al Eldorado! ¿Les gustan las cositas raras, como, no sé… cenar con una cacatúa enjaulada sobre su mesa? ¡Para eso tienen el Kakadu! ¿A lo mejor lo que quieren es… —dijo el MC, susurrando— echar una cabezadita? Entonces vayan a la Europahaus.
En ese momento el MC se retiró para preparar el siguiente número. La orquesta tocó “In the Jailhouse Now”, el último grito en jazz desde el otro lado del Atlántico. Tras el interludio musical, el MC volvió al escenario, aunque la puesta en escena había cambiado bastante:

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¡Muy bien, querido público! El que quisiera haberse ido ¡tiempo ha tenido! ¡Ahora empieza lo bueno! Como ya saben, en el Marder Club un asesino anda suelto. Desde hace varias semanas, casi cada noche que abrimos, alguien muere. Puede ser un camarero, un músico de la banda, una corista o uno de ustedes, queridos amigos. Así que ya saben. Debemos descubrir al culpable entre todos… o ir muriendo uno a uno. ¿Qué chute de adrenalina, qué emoción extrema, puede compararse con esta, díganme? Al lado de la emoción de la vida y la muerte, ¿qué son el sexo, las drogas o el alcohol? Así, pues ¡que empiece el baile!


EL SEPULTURERO

Mientras tanto, en un viejo castillo semiderruido a unos 20 km de Berlín, que llamaremos “Castillo Von Fronkonstin” para preservar su anonimato, tenía lugar una escalofriante escena. El último descendiente de una familia de rancio abolengo aristocrático prusiano, con un antiguo libro en las manos, se afanaba en un extraño laboratorio. Algunos equipos eran modernísimos, como un espectrómetro de masas o varios quemadores Bunsen. Otros, en cambio, habrían sido reconocidos fácilmente por alquimistas como Alberto Magno o Paracelso: redomas, matraces de cristal para destilar, un crisol, saquitos con extrañas sustancias como polvo de alas de murciélago…

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Pero, sin duda, lo más inquietante de todo era que había un antiguo cadáver, ya bastante descompuesto, atado sobre una mesa de operaciones en el centro de la estancia.

Aprovechando el poder de la tormenta que rugía en el exterior, el Sepulturero accionó una doble palanca para activar su peculiar pararrayos modificado. Absorbiendo la colosal fuerza del rayo, descargó millones de voltios sobre el cuerpo que yacía sobre la mesa. El laboratorio quedó iluminado momentáneamente por un fogonazo de luz blanca, deslumbrando al Sepulturero y soltando chispas por toda la estancia. Cuando se repuso de la impresión y recuperó la vista, observó que el esqueleto estaba sentado en la mesa… mirándole.

“ Qu'est-ce que cela?” —dijo el cadáver, con una voz como papel de lija pasando por una rama, que, a pesar de todo, sonaba vagamente femenina.

El Sepulturero maldijo para sus adentros. ¡Qué mala suerte! ¡Precisamente tenía que haber resucitado al único cadáver de su castillo que no hablaba alemán! Recordó que, a finales del S.XVII, una dama francesa había muerto allí de unas fiebres. Él no hablaba francés, sólo se acordaba un poco del francés que le había enseñado su institutriz cuando era joven. Las habilidades sociales nunca habían sido lo suyo.
La dama volvió a hablar:

—“C’est ne pas de la follie” — El Sepulturero creyó entender “esto no es una locura”, y sonrió complacido. Por un breve instante pensó que se llevarían bien.

—“¡C’est de la MERDE!— Aquí ya dejó de caerle tan simpática la francesa. ¿Qué se había creído? ¡Decirle que su laboratorio era una mierda! ¡Tendría que besar sus pies por haberla devuelto a la vida!

El Sepulturero pensó frenéticamente cómo podría comunicarse con su “huésped”. Cayó en que seguramente, la dama hablaría buen latín. Pero claro, una cosa era leer grimorios y tratados de alquimia y otra muy diferente era departir en la lengua de Virgilio con una dama resucitada del S. XVII. Intentó pensar en algo que decir… y lo único que le vino a la mente fue una frase en latín de un espectáculo cómico sobre romanos que había visto hacía poco en un teatro en Berlín: “La Vida de Bryanum”. Decían “Romanos iros a casa”, “Romani ite Domum”, así que dijo a la resucitada:

—¡Tu ite Domum!— mientras le quitaba las ataduras.

La dama contestó, con su voz estropajosa:

—Latinus tuus horribilis est.

El Sepulturero acompañó a la dama cadavérica hasta la salida del castillo sin mediar más palabra. Total, para que le soltara otra fresca en cuanto abriese la boca… Al salir al exterior, en medio de una fuerte tromba de agua, el cadáver empezó a descomponerse. El Sepulturero sacó dos conclusiones: primera, que tenía abrir más las ventanas del castillo, pues su atmósfera estaba tan viciada como el interior de una pirámide si permitía conservarse así de bien a los cadáveres. Y segunda, que los muertos no sentían dolor. La dama rediviva avanzó unos treinta o cuarenta metros más allá del castillo, disolviéndose mientras andaba, sin inmutarse, hasta que cayó al suelo; donde en pocos minutos no quedó más que un charquito azul oscuro, que acabó de desaparecer al cabo de un par de horas más de lluvia.

El Sepulturero no se arredró por este contratiempo. Al contrario, optimista por naturaleza, pensó que esa noche había conseguido el gran triunfo de devolver a una muerta a la vida. Ahora sólo le quedaba aprender a controlar bien a los resucitados. Y otra cosa: buscarse muertos menos pochos que los de su castillo. Los periódicos llevaban semanas hablando de la sucesión de asesinatos en el Marder Club. Quizá sería un buen lugar para proveerse de carne fresca…

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Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Dom, 15 Mar 2020, 17:43
por Bendar
Hola, tengo que suspender el Chechino porque mi padre ha fallecido esta mañana. Os avisaré cuando me sienta con fuerzas y ganas.

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Dom, 15 Mar 2020, 19:16
por Aslan Bolton
lo siento men, fuerza!

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Dom, 15 Mar 2020, 22:56
por Madelaf
Lo siento mucho, Bendar. Un abrazo y mucho animo

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Lun, 16 Mar 2020, 10:01
por Agus Kerman
Lo siento muchisimo, animo Bendar

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Mar, 17 Mar 2020, 00:26
por Asha Grey
Lo siento muchísimo, Bendar :(
Un abrazo fortísimo y mucho ánimo para ti y tu familia :abr:

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Mar, 17 Mar 2020, 10:43
por Ellaria
Vaya, Bendar, lo siento muchísimo: un abrazo :srry: :srry: :cry: :cry: :abr:

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Mar, 17 Mar 2020, 20:35
por Pulgar
Mis condolencias, Bendar. Un abrazo muy fuerte :fl: :abr:

Re: Chechino 2.0 Reloaded

Publicado: Sab, 21 Mar 2020, 11:31
por tajuru
Un abrazo, mucho ánimo :abr: